Pablo Romero Montesino-Espartero

Pablo Romero Montesino-Espartero
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Camarote desde donde fueron escritas algunas de estas cartas-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Con este blog pretendo ir recopilando las cartas escritas por mi hermano Pablo Romero M-E, dirigidas a la familia, durante sus primeros años de navegación tras terminar su carrera de Marino Mercante allá por el final de la década de los años cincuenta, principio de los sesenta-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------.

miércoles, 6 de enero de 2016

CARTA DESDE EL ATLÁNTICO NORTE

Autor:
Pablo Romero Montesino-Espartero
 
 

 De guardia en el "Sincerity", amanece solo para mi en el Atlantico.


 
Carta nº 69
De una carta a la familia
Gdynia, Diciembre de 1969
 

 
    Nos encontramos en estos momentos a solo 500 millas del Finisterre Inglés, lo cual significa un día más de navegación  para avistar las costas de la Bretaña inglesa. Nuestro último vistazo a la tierra firme fue pasando al oeste de Puerto Rico, desde allí hasta aquí, 4.427 millas de mar y cielo navegadas por ortodrómica, lo cual nos ha obligado a elevarnos mucho en latitud.
.
    Durante todo el viaje el tiempo se ha mantenido dentro de ciertos límites de bondad, pues para suerte nuestra hemos viajado en compañía de un anticiclón hasta anteayer, que se fue con viento fresco hacia Groenlandia. Ahora ha empezado el “baile” clásico del Atlántico Norte en invierno, pero mañana, al abrigo de las Islas Británicas, volveremos a gozar de tranquilidad. Contrariamente a cuanto esperábamos, el frío no se ha hecho sentir por ahora, a pesar de habernos elevado hasta los 55 grados de latitud. Hace unos días tuvimos que parar en medio del Atlántico para reparar una avería en la máquina. En el viaje de ida, el carpintero, uno de los pocos que quedan de ribera y acostumbrado en su Galicia natal a construir barcos de pesca de madera, hizo lo propio con un diseño elaborado por el capitán y por mi, para que nos sirviera como bote o chinchorro para pintar el casco del barco en puerto. Le salió un bote precioso, al que se le instaló un motorcito fueraborda de 4 cv.. Durante la parada lo echamos al agua y el capitán y yo hicimos una excursión, alejándonos del “Alacrity” fuera del radio de acción del radar, según nos dijo el segundo oficial que se quedó de guardia en el puente. Nunca había sentido tanta emoción. Bajo la quilla plana del bote teníamos una profundidad de cinco mil metros, la costa más cercana estaba a más de 1000 millas y no veíamos al “Alacrity” parado en mitad del Atlántico. Por primera vez en nuestras vidas fuimos “náufragos” por unas horas y supimos por experiencia de la pequeñez del ser humano y de la grandeza de Dios. 
.
     Ha pasado casi un mes desde que abandonamos Talcahuano –al norte del Estrecho de Magallanes- y os confieso que no veo la hora de “aterrizar” en Gdynia, me han hablado tanto de las polacas...quiero piel blanca y cabellos dorados, necesito oler a estufas de carbón, pisar alfombras y sentir dolor en las orejas por el frío.
.
    No sabemos a ciencia cierta en dónde nos cogerá la Navidad, posiblemente en Alemania pues de Polonia vamos a Hamburgo y a Amberes donde cargaremos para Nápoles.
.
    El loro continua vivito y coleando. Es de lo más simpático que podáis imaginar, silba a las chicas, pronuncia su nombre,” Alberto”, perfectamente; se ríe a carcajada limpia, una carcajada casi humana y hasta ahora no ha aprendido ningún taco, pero si continúa a bordo, acabará soltando más de uno.
.
    Me gustaría mucho pasar con vosotros la Navidad, pero me he trazado un rumbo a seguir y éste pasa por Italia y Panamá una vez más. Con ello quiero decir que de no surgir complicaciones, haré un quinto viaje al Pacífico, para desembarcar aproximadamente a principios de la primavera, con la sana intención de hacer el curso de Capitán y casarme, ¿con quién?, no lo tengo aún completamente decidido, pero me caso. Hasta ahora todas me han ofrecido amor y trabajo, siempre lo mismo, con la única variante de la latitud. No he perdido la esperanza de encontrar una que me ofrezca amor y “dolce vita”.
.
    Después de hacer pasar por nuestra quilla, el Pacífico, el Canal de Panamá, el Atlántico Norte, el Golfo de Vizcaya, el Canal de la Mancha, el Mar del Norte, el Canal de Kiel y el  Báltico, llegamos por fin sin novedad a Polonia con 10.000 toneladas de harina de pescado con las que alimentar a todos los pollos del país. Esta mercancía aparentemente inofensiva es muy peligrosa pues es autocombustible debido a su riqueza en nitrógeno. A veces se produce un incendio en el centro de la bodega muy difícil de atajar. El centro de la carga se convierte en un gran brasero que paulatinamente va avanzando sin humo hasta llegar al costado o la cubierta del barco. Las altas temperaturas deforman sus estructuras  hasta quebrarlo y hundirlo si no se llega antes a puerto. El agua no resuelve el problema pues cuando aflora el fuego, ya es demasiado tarde. En fin, una mercancía peligrosa.
.
    Pasado el Canal de Kiel, encontramos un Báltico por el que se podría caminar a pesar de que el hielo es joven. Para llegar hasta aquí hemos tenido que navegar por “ways” de una milla de ancho de los que no nos podemos salir por el peligro que encierran aún los campos minados de la Segunda Guerra Mundial. Las nieblas lo hacen extremadamente peligroso, pues aunque el radar es de gran ayuda, el tráfico es tan intenso que las boyas que determinan los distintos rumbos de los “ways” se confunden a veces con falsos ecos o pequeñas embarcaciones  que los cruzan, sin peligro para ellas por su poco calado.
.
    Gracias por vuestras felicitaciones, 34 años, ¡qué asco¡
.
    Con motivo de mi avanzada edad, me he dejado bigote, lo pondré a prueba aquí en Polonia y si veo que a las polacas-amantes de los hombres morenos y velludos,- no les gusta, me lo afeito rápido. De momento el loro no se asusta al verme.
.
 Pablo 
.