Pablo Romero Montesino-Espartero

Pablo Romero Montesino-Espartero
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Camarote desde donde fueron escritas algunas de estas cartas-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Con este blog pretendo ir recopilando las cartas escritas por mi hermano Pablo Romero M-E, dirigidas a la familia, durante sus primeros años de navegación tras terminar su carrera de Marino Mercante allá por el final de la década de los años cincuenta, principio de los sesenta-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------.

viernes, 6 de junio de 2014

NOCHE VIEJA

Autor:
Pablo Romero Montesino-Espartero
 



Italianos y españoles en armonía, con un cacereño al mando del bote

                       
 Carta nº 41

 
                 De Takoradi a Newport  (de una carta a la familia)

 
    He pasado la tarde de ayer en  la playa de Takoradi. Una playa realmente preciosa pero cruelmente solitaria a pesar de los 36 grados a la sombra, que soportamos. Tiene una extensión de cerca de 40 kms. y está sembrada de palmeras tropicales y arrecifes en los que rompe la mar dándole en algunas zonas una blancura inmaculada.

    Los valientes nos metemos hasta que el agua nos llega al pecho, los precavidos hasta la cintura y los miedosos se dan “baños tobilleros”, y a la voz de ¡tiburón¡, algunos en vez de nadar corren sobre las aguas. Lo cierto es que el peligro es real y existente, aunque aún no he visto a ningún aborigen que le falte una pierna o un brazo.

    Llegamos hasta la playa a bordo de un bote salvavidas del barco y al varar, se nos echaron encima negros que salían de entre la vegetación y tuvimos que  alejarlos del bote con los remos, temiendo que se nos subieran y nos robaran las provisiones de leche condensada y galletas que llevamos de dotación. El regreso al barco fue muy difícil pues  teníamos viento de proa y el bote salvavidas es extremadamente pesado y no se ciñe nada al viento. Finalmente y luego de muchas bordadas logramos llegar al puerto.

    Al atardecer estuve viendo jugar al tenis y al golf en un club inglés. Pasé un mal rato recordando mi verano en La Coruña. ¡Paciencia¡ solo me quedan cinco meses para desembarcar.

    En el horizonte, las copas verdes de los árboles gigantes, rompen la monótona línea azul. La mar está llana, el calor es sofocante y la humedad insoportable.

    Hemos iniciado  una “regata” contra el reloj, para llegar a Newport el 31 de Diciembre. Nuestra ilusión : ¡Año Viejo en Inglaterra¡

                                          Mar, 14 de Diciembre de 1964

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    Hemos doblado Cabo Palmas y navegamos a lo largo de las costas de Liberia. El sol va quedando inexorablemente por nuestra popa a medida que subimos en latitud e irá disminuyendo su altura meridiana, que ayer alcanzó los 70 grados.

    Hoy, durante mi guardia, he visto pasar rozando el casco del barco a una pareja de tortugas gigantes. ¡Que contraste con el azul del mar¡ Parecían almas gemelas, al ir desapareciendo en las profundidades de estas aguas transparentes.

    Continúa el tiempo esplendido. Todos los días a las diez de la mañana me ducho con agua de mar y tomo el sol en bañador hasta las 12. ¡Hay que llegar morenos a Inglaterra¡ Un “latin lover” que se precie no puede tener un color lechoso ni en Navidad. Hoy hemos ganado en la “regata” 30 millas, lo cual nos garantizaría una llegada a Newport de tres horas antes de Año Viejo. Claro está que este buen tiempo no va a durar siempre...

                                           Mar, 18 de Diciembre de 1964
 
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    Navegamos ya con la proa al norte verdadero.  Mañana pasaremos Cabo Verde.

    Saltó el noroeste, se acabaron los alisios y con ellos nuestras “altas velocidades”. A pesar de todo continuamos ganando millas.

    Esta tarde ha pasado un banco de delfines. Nos han rodeado, han jugado con el barco cruzando bajo la quilla y dando saltos espectaculares, golpeaban con sus colas la superficie del mar, convirtiéndola en agua en ebullición.

Desde el interior del camarote se podían oír los coletazos y costalazos; verlos en sus evoluciones es algo que te deja pasmado por la velocidad que adquieren en sus arreones y en sus inmersiones, y cuando estás en el puente es un disfrute admirar su belleza plástica en sus salidas perpendiculares a la superficie, para después dejarse caer de costado desplazando el agua como si fuera el pantocazo de un barco.

    El eclipse de luna ha sido realmente bonito. No se veía una nube y la luna llena iluminaba la mar como un sol de medianoche. En una hora y media lucieron con más fuerza las estrellas y se hizo noche oscura. La sombra de la tierra le dio una tonalidad naranja, aumentando con ello la percepción de su esfericidad. En el momento del eclipse total, tenía una altura de 80 grados. Desde vuestra latitud la observaríais mucho más cerca del horizonte.

    La mar abandonó su calma a la puesta del sol y ha refrescado. Después de un mes, me he puesto hoy la camisa por primera vez durante la guardia.

                                         Mar, 19 de Diciembre de 1964
 
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    Temporal en las Canarias. La radio habla de olas de 20 metros de altura. Aquí solo nos llega una mar tendida que nos reduce la velocidad, pero nada más.

    Hoy hemos hecho prácticas de abandono de buque. Todo ha funcionado perfectamente. El capitán se quedó sorprendido de mi habilidad transmitiendo en Morse. Esta noche hablé  con la lámpara de señales con un barco alemán que iba a Ciudad del Cabo con pasaje y carga, nos felicitamos las pascuas y... cada cual a su garito. Se encontraba a más de quince millas.

                                          Mar, 21 de Diciembre de 1964

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    Me ha emocionado al oír las voces de los niños del Colegio de San Ildefonso. Me trajo recuerdos imborrables de cuando todos estábamos juntos en Cáceres  y los escuchábamos a través de la Blau Punkt de papá.

    Bajó nuevamente la temperatura; 20 grados a mediodía. Caminamos bien y si continuamos así el Año Viejo en Inglaterra, será nuestro. Hoy la altura meridiana del sol fue de 38 grados, un sol apagado pero que aún quema cuando uno se pone al socaire.

     Esta mañana hemos pescado  40 kilos de bonito. Las rodajas a la plancha con unas aceitunas y alguna especia las prepara nuestro cocinero italiano de lujo.

    Estoy renegrido como si regresase de un veraneo. La mujer del Jefe de Máquinas de 35 años, se ha puesto impresionante. Sin quererlo se te va la mirada a sus ojos verdes, que con el bronceado  han adquirido un mayor atractivo. Es yugoeslava y como todas las de su raza, rubia y esbelta. En la meridiana todos los días sube al puente interesándose por la velocidad y la fecha de llegada a Newport. Habla un italiano muy infantil y nos tiene a todos hipnotizados con sus encantos femeninos...tengo unas ganas tremendas de poner los pies en Inglaterra. 

                                      Mar, 22 de Diciembre de 1964

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    Por el portillo de mi camarote y a unas 10 millas veo bañada por un sol magnífico la ciudad de Las Palmas. A bordo tenemos dos marineros que viven y tienen sus familias en este puerto. De vez en cuando, levantan la cabeza durante su trabajo en cubierta y miran con tristeza  la isla que poco a poco va quedando atrás. Tan cerca y tan lejos...y mañana es nochebuena.
 
                                         Mar, 23 de Diciembre de 1964
 
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    ¡Felices Pascuas¡ antes de irme a la cama os telegrafié.

    He cenado como cualquier otra noche, pues a bordo seguimos la tradición italiana y el festejo se hace el día de Navidad, así es que mientras vosotros estabais  liados con el turrón, yo trataba de dormir imaginándoos alrededor de la mesa y con cierta tristeza en mi corazón.

     Nos cruzamos con algunos barcos que llevan en el puente alto un árbol de Navidad y luces de colores en la toldilla de popa. Nosotros como único gesto, encendemos los focos iluminando la chimenea...somos poco tradicionales los latinos... 

                                      Mar, 24 de Diciembre de 1964
 
(Continuará)

Pablo

 

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