Pablo Romero Montesino-Espartero

Pablo Romero Montesino-Espartero
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Camarote desde donde fueron escritas algunas de estas cartas-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Con este blog pretendo ir recopilando las cartas escritas por mi hermano Pablo Romero M-E, dirigidas a la familia, durante sus primeros años de navegación tras terminar su carrera de Marino Mercante allá por el final de la década de los años cincuenta, principio de los sesenta-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------.

domingo, 1 de diciembre de 2013

CARTA DESDE NIGERIA (I)

Autor:
Pablo Romero Montesino-Espartero

 
En África Occidental año 1962
 
 
Carta nº 29
 
 
CARTA DESDE NIGERIA (I)
Publicada en el desaparecido diario"Cáceres "

Muchos de vosotros, buenos amigos de la infancia, durante mis cortas estancias en ésa, me habéis preguntado que es de mi vida por esos mundos de Dios. El deseo de satisfacer vuestra curiosidad, me ha movido a iniciar esta correspondencia unilateral, por medio de la cual intentaré haceros viajar conmigo, como pasajeros de mi barco, de uno a otro confín del globo.

     Es empresa harto difícil para mi, hombre de escasos recursos lingüísticos, plasmar en unas cuartillas, el color de las estrellas en el trópico, una puesta de sol en la jungla o un arco iris de luna en estos mares del sur, pero como no entra en mi ánimo impresionaros con una bella prosa, sino entreteneros, me consideraré dichoso si consigo alcanzar el fin que me propongo.

     Hace una semana, después de un largo viaje de diez y ocho días, llegué a este hermoso y selvático país, procedente de Italia a bordo del “Navidad”.
El “Navidad” es mi segundo barco como Piloto de la Marina Mercante en el que navego. Es de bandera extranjera y la tripulación está formada por españoles, italianos y algún yugoslavo.

     El Navidad fue construido en Inglaterra en los años 40, por lo que también tiene su historia, al haber participado en muchos convoyes cruzando el Atlántico bajo la amenaza de los submarinos alemanes. Es el típico barco inglés de casco remachado, máquina de vapor y unos 8 nudos de andar, con buen tiempo. En suma un “candray” pero sólido y seguro con escasas comodidades para la tripulación pero mi sueldo se ha quintuplicado con respecto al Maruja y Aurora.

     Embarqué en Génova y dejé la Patria para poder llegar a fin de mes sin tener que pedir anticipos. Fuera de España estamos considerados como de los mejores marinos del mundo, y académicamente los mejor formados sin duda.

     Esto lo tienen bien en cuenta los armadores extranjeros, ya que nuestro valor en el mercado es cinco veces el que tenemos en España y además se nos rifan.

     Nuestra llegada a Port Harcourt, que así se llama el puerto en que me encuentro, ha sido festejadísima por sus habitantes, negros casi en su totalidad, desde que Nigeria diera la “patada” a su graciosa majestad y a sus súbditos, que dicho sea de paso, van dejando de estar en todas partes.

     El día que arribamos al “Calabar River” –próximo al caudaloso Níger- y dejamos caer nuestras anclas, nos vimos rodeados por gran número de piraguas manejadas por nativos, portando en ellas, piñas, papayas, bananas, figurillas talladas en ébano y marfil, utensilios prehistóricos de caza y un ilimitado número de baratijas artísticamente trabajadas en las más diversas materias. Algunas de estas piraguas eran gobernadas por mujeres, en su mayoría casadas, únicas que llevan completamente desnudo el busto.

     Rápidamente se entabló el comercio. Por cuatro libras nigerianas y unos botes de leche evaporada, pude adquirir una maravillosas figuras de ébano real representando a un hombre con gorro y la otra a una mujer con un peinado artísticamente labrado en el ébano. También me hice con una especie de santón con bastón en ébano negro que me gustó mucho por su sencillez y elegancia y dos cuadros al óleo de temas africanos. Uno de ellos me tiene fascinado. Representa una puesta de sol tras una cabaña y da la impresión de que arde el cielo. Del mismo modo se podía comprar una piel de leopardo por algunos cartones de cigarrillos o un reloj, cuyo valor aumentaba si su “tic-tac” se podía escuchar a varios metros de distancia. Los casados nos ofrecen sus mujeres para todo servicio a cambio de unos pantalones o una camisa.

Pablo

 (continuará)

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